Declaración de la Alianza Cooperativa Internacional en el 93° Día Internacional de las Cooperativas

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«La igualdad es un valor fundamental que garantiza que todo el mundo pueda cosechar los beneficios del desarrollo económico y social. Seguimos viviendo en un mundo en el que reina la desigualdad: según datos recientes el 0,7% de la población mundial posee el 44% de toda la riqueza, mientras que el 70% sólo posee el 3%. En todo el mundo sigue habiendo personas que son objeto de discriminación por razón de sexo, edad, religión o condiciones socioeconómicas, entre otros factores.
Desde el principio, la equidad ha sido uno de los ejes del movimiento cooperativo. Gracias a la creación de las cooperativas, personas de todo el mundo han podido escoger un modelo democrático de negocio que fomenta la igualdad.
Ya en 1846 Eliza Brierley se convirtió en la primera mujer miembro de la The Rochdale Equitable Pioneers Society (Sociedad Equitativa de los Pioneros de Rochdale) en un momento en que las mujeres no solían tener propiedades. Sin embargo, el estatuto de la sociedad de 1844 afirmaba que no había ninguna diferencia entre hombres y mujeres miembros, estableciendo las normas que fueron posteriormente adoptadas por las cooperativas de todo el mundo.
Hoy en día se cuentan más de 2,6 millones de cooperativas con más de mil millones de miembros, tres veces más con respecto a los accionistas directos de las empresas propiedad de los inversores. Además, 250 millones de personas son empleadas o se sustentan a través de estas cooperativas. Las 300 cooperativas más grandes han generado ingresos anuales de 2,2 billones de dólares (lo equivalente al PIB de la séptima economía más grande del mundo) y el movimiento está creciendo rápidamente, sobre todo en países emergentes como Brasil, India y China.
En una cooperativa la palabra igualdad tiene tres significados:
1. Ser miembro es algo libre y voluntario (sin discriminación de ningún tipo) y a cada miembro le corresponde un voto, garantizando así que la estructura y el control de la cooperativa sean equitativos. A diferencia de las empresas propiedad de los inversores, en una cooperativa la igualdad es un beneficio para sus miembros y no depende de la capacidad financiera de una persona.
2. Una cooperativa trabaja para atender a las necesidades y aspiraciones de sus miembros y para promover el desarrollo sostenible de toda la sociedad. El papel de las cooperativas en la lucha para sacar a la gente de la pobreza es innegable. De hecho, las cooperativas distribuyen la riqueza que ellas mismas generan de forma más justa y equitativa.
Sólo para poner un ejemplo, un proyecto cooperativo en Senegal ha mejorado la seguridad alimentaria para un millón de personas en 60 comunidades rurales, mejorando los ingresos familiares un 250% y reduciendo un 35% los casos de niños y niñas con peso inferior al normal.
3. Mientras desempeñan sus actividades, las cooperativas ofrecen a todo el mundo (productores, trabajadores, consumidores) la oportunidad de atender a sus necesidades y aspiraciones, integrarse mejor en la sociedad y tener acceso a bienes, servicios y beneficios que de otra forma no podrían tener. Además, esta cultura de la igualdad permite a las cooperativas reflejar la diversidad de la gente a la que sirve.
Promoviendo la igualdad de género; dando oportunidades a los jóvenes; integrando a las minorías en el mercado laboral; favoreciendo la transición de la economía informal a la economía formal; reduciendo las diferencias salariales; dando más poder económico a los pobres; fomentando la igualdad de acceso a recursos fundamentales como agua, energía, educación, servicios financieros entre muchos otros, las empresas cooperativas pueden demonstrar a diario que se pueden tomar decisiones para volcar el paradigma actual e integrar la igualdad en el proceso de desarrollo económico y social.
En todos los sectores de la economía hay historias de éxito en el campo de la igualdad: cooperativas de crédito que comparten sus beneficios financieros directamente con sus miembros gracias a una mayor rentabilidad del ahorro; créditos a tipos más bajos de interés y precios más bajos; cooperativas de salud que proporcionan modelos sanitarios más asequibles y accesibles para las poblaciones más marginadas; cooperativas eléctricas que atienden a zonas rurales garantizando un acceso básico a la energía en sitios donde otras empresas no contemplarían la prestación de servicios y el desarrollo de una actividad empresarial; cooperativas minoristas de consumo que permiten el acceso a alimentos asequibles, de alta calidad y sostenibles como productos orgánicos o de Comercio Justo; cooperativas y mutuas que ayudan a poblaciones».

La ONU
Con los objetivos de aumentar la conciencia sobre estos sistemas, destacando la contribución del movimiento cooperativo a las soluciones de los principales problemas abordados por ONU, el organismo internacional recordó un nuevo Día Internacional de las Cooperativas, bajo el lema para 2015: “Elija cooperativo-elija equidad”.
“En este año de importancia decisiva, en el que el mundo se comprometerá a elaborar una nueva e inspiradora agenda de desarrollo, incluido un conjunto de objetivos de desarrollo sostenible, reafirmemos nuestro compromiso con el modelo empresarial de las cooperativas y utilicemos sus muchos beneficios para hacer realidad nuestra visión de lograr una vida digna para todos”, ha dicho en su mensaje para esta fecha el Secretario General de ONU Ban Ki-moon. “La desigualdad es un obstáculo fundamental para el desarrollo, priva a las personas de servicios básicos y oportunidades para construir una vida mejor para sí mismas y para sus hijos. El modelo cooperativo ayuda a hacer frente a este reto. Las cooperativas se esfuerzan por defender los principios de la igualdad y la participación democrática”, agregó.
Para la ONU, el movimiento cooperativo “es una combinación única de productos de alcance global y de negocios que dan respuesta a las necesidades locales”. En ese sentido el organismo destaca que “juegan un papel importante en la reducción de la pobreza al dar acceso a la propiedad y al dar voz a más personas, en las organizaciones y en el conjunto de la sociedad”.
En 1992, la Asamblea General proclamó que todos los primeros sábados de julio se recuerde la fecha buscando en lo fundamental, “fortalecer y ampliar las asociaciones entre el movimiento internacional de cooperativas y otros participantes, incluidos los gobiernos, a nivel local, nacional e internacional”.
Actualmente, una cada seis personas en el mundo en miembro o cliente de una cooperativa, de las que hay más de 2,6 millones en todo el mundo, dando a su vez empleo a más de 12 millones y medio de personas.